La sonda Dart de la agencia espacial estadounidense NASA se estrelló contra un asteroide el lunes 26, destruyéndose a sí misma.
La colisión fue intencional y diseñada para probar si las rocas espaciales que pueden ser una amenaza para la Tierra podrían se apartadas o desviadas de manera segura.
La cámara de Dart ofreció una imagen por segundo, justo hasta el momento del impacto con el objetivo, un asteroide de 160 metros de ancho llamado Dimorphos.
Pasarán algunas semanas antes de que los científicos de la misión dirigida por la NASA sepan si su experimento funcionó correctamente.
Determinarán el éxito estudiando los cambios en la órbita de Dimorphos alrededor de otro asteroide conocido como Didymos.
Más de dos docenas de telescopios en la Tierra harán mediciones precisas del sistema de dos rocas.
Antes de la colisión, Dimorphos tardaba aproximadamente 11 horas y 55 minutos en rodear a su compañero de 780 metros de ancho.
Dentro de cuatro años, la Agencia Espacial Europea (ESA) tendrá tres naves espaciales, conocidas colectivamente como la misión Hera, en Didymos y Dimorphos para realizar estudios de seguimiento.